CONSIGUE UN ROSTRO FRESCO Y REJUVENECIDO CON LA TOXINA BOTULÍNICA
La manifestación de cada una de nuestras emociones se refleja, principalmente, en nuestro rostro, a través de diversas expresiones como alegría, enfado o tristeza, las mismas que acentúan las líneas de expresión que aparecen y se profundizan con el paso de los años. Para ello, el uso de la toxina botulínica, conocido como bótox, es una solución efectiva dentro de los tratamientos anti envejecimiento por favorecer la relajación de la musculatura facial y ayudar a prevenir la formación de arrugas.
La doctora Sisi Cuadra, del Centro de Medicina Estética de la Clínica Ricardo Palma, explica que la toxina botulínica se aplica a nivel muscular para lograr un efecto de relajación de ciertos fascículos musculares, a fin de atenuar las arrugas dinámicas y las estáticas. En el caso de las arrugas estáticas, también será necesario hidratarlas o nutrirlas para atenuar la profundidad de estas líneas de expresión.
“La toxina botulínica permite una relajación en los músculos que se quieran trabajar y es aplicada en distintas zonas. Primero, se puede aplicar en el tercio superior del rostro para atenuar las líneas de expresión de la frente, del entrecejo y en las patitas de gallo, logrando así lucir una mirada más atractiva y un rostro menos cansado. Además, se utiliza a nivel del masetero para lograr estéticamente un rostro más ovalado e, incluso, controlar una dolencia denominada bruxismo, que debido a la tensión muscular va desgastando la dentadura”, explica la doctora Cuadra.
Este tratamiento también se indica para tratar la sonrisa gingival, aminorando la visualización de la encía cuando la persona sonríe. Para ello se colocan microdosis en la parte superior del labio, logrando disminuir la contracción al sonreír. Se indica también en la parte superior del labio para tratar las líneas que se van formando con el tiempo a las cuales llamamos “códigos de barra” que, por lo general, se aprecian en personas fumadoras o que han tenido antecedentes de fumar. Además, puede utilizarse alrededor del óvalo del rostro en el músculo del platisma (músculo que cubre a todo el cuello) logrando que se aprecie un perfilamiento del óvalo del rostro y un cuello más estilizado, siempre y cuando el especialista indique el uso de toxina botulínica en el cuello tras la respectiva evaluación de cada caso.
La doctora Cuadra asevera que durante el tratamiento no se pierde la sensibilidad en la zona tratada, pues solo se relaja el músculo. El efecto de la aplicación dura entre los 4 hasta los 6 meses, pues dependerá del tipo de músculo del paciente (si es hipertónico o hiperactivo).
De otro lado, señala que con la toxina botulínica también se pueden tratar otras afecciones como la sudoración en la zona de las axilas, palma de las manos y pies. Es muy importante realizarse una evaluación médica previa, pues solo así el especialista podrá definir el tratamiento a seguir y absolver las diversas consultas de los pacientes.