Historias de emprendimiento: la resiliencia en medio de la pandemia

Gracias al desarrollo de talleres, alianzas y financiamiento, la Fundación MAPFRE, a través de la ONG Cesal, está impulsando emprendimientos locales liderados por mujeres luchadoras que salen adelante con sus pequeños negocios.

Emprender está en el ADN peruano, es un pensamiento común que la pandemia ha ratificado. Y es que el COVID-19 no solo generó una crisis de salud en el Perú, sino que también agravó la condición económica de muchas personas que perdieron sus empleos, pero que, con valentía, en medio de la incertidumbre y con pocos recursos, salen adelante con sus emprendimientos para generar ingresos que sostienen sus hogares.

De hecho, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística e Investigación, entre marzo y mayo del año 2020, más de 2.3 millones de peruanos se quedaron sin trabajo solo en Lima Metropolitana, siendo afectados directamente miles de pequeños negocios. Sin embargo, según una encuesta de Datum realizada meses después, en diciembre del año pasado, el 63% de los entrevistados tenía un emprendimiento en crecimiento. Esto demuestra que, frente a la crisis económica y el desempleo, emprender se convierte en una forma de vida para muchos peruanos.

En este camino de superación, el apoyo de organizaciones con propósito ha sido y es muy importante. Conscientes de esto, Fundación MAPFRE se enfocó desde el inicio de la pandemia en impulsar la reactivación económica de poblaciones vulnerables. Junto con la ONG CESAL, por ejemplo, con quienes desarrollan iniciativas permanentemente, han desplegado este 2021 el programa “Recuperémonos Juntos” para ayudar a familias que perdieron sus fuentes de ingreso en Huachipa y alrededores. Gracias a la donación de 651 mil soles, realizan talleres que promueven el aprendizaje y la profesionalización de pequeños negocios liderados por mujeres.

La Fundación MAPFRE y CESAL trabajan desde hace 11 años en Huachipa, ejecutando diversos proyectos y programas. Este trabajo conjunto ha permitido hacer realidad el sueño de muchas mujeres luchadoras que han salido adelante y mejorado la calidad de vida de sus familias. Cada una de ellas guarda una historia de sacrificio, perseverancia y mucha resiliencia, como Elizabeth Quispe y María Adela Santos.

Mujeres resilientes

Elizabeth Quispe tiene 39 años y solía vender gelatinas en la puerta del colegio de sus hijos. El cierre de colegios y el encierro obligatorio hizo que perdiera sus ingresos diarios. Ella fue invitada por CESAL para llevar cursos de pastelería en el CETPRO “La Rosa Blanca”.

Elizabeth se dio cuenta de que podía hacer pasteles deliciosos, siguió preparándose y abrió su negocio. Ella ganó el Premio Concurso Fondo Semilla, que le ha permitido adquirir insumos para sus pasteles. Gracias a su esfuerzo y dedicación mantiene la economía de su hogar. Su esposo se quedó sin trabajo durante la pandemia y ahora juntos buscan un local para un punto de venta del negocio.

María Adela Santos aprendió costura en CESAL hace 6 años. Tuvo la oportundad de conseguir trabajo en un taller textil hasta que la pandemia la obligó a quedarse en casa, pero desde ahí logró trabajar, ya que su jefe le prestó dos máquinas, una remalladora y una recubridora, que María Adela compró posteriormente, pagando poco a poco.

Ella ganó el Premio Concurso Fondo Semilla y con este dinero ha comprado también una máquina cortadora. Actualmente, su taller ha crecido y  con sus nuevas maquinas espera iniciar una línea de producción propia de lencería.

De junio a agosto del 2021, Fundación MAPFRE ha logrado trabajar directamente con 35 emprendimientos en Huachipa liderados por mujeres como Elizabeth y María, que participan de  programas y capacitaciones, y reciben materiales y servicios para fortalecer sus negocios. Cada uno tiene una historia de éxito y superación que hoy inspiran a más personas.

La reactivación económica de las familias es fundamental para alcanzar una recuperación integral, por lo tanto, también resulta necesario formar y acompañar a mujeres con carga familiar que han perdido sus empleos, brindándoles talleres de capacitación en alimentación saludable y marketing para impulsar el crecimiento de sus negocios.