Expectativas del consumidor: ¿cómo determinan el diseño de nuevos productos?
La definición de buen diseño siempre está en evolución, debido al cambio constante al que se enfrenta el mundo: nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, los acontecimientos disruptivos como la pandemia de COVID-19 y las tendencias a largo plazo como el cambio climático hacen que los diseñadores deban adelantarse a las necesidades de los consumidores en vez de reaccionar a ellos.
En ese sentido, la demanda de productos sostenibles por parte de los consumidores es un buen ejemplo de la manera en que las expectativas del público determinan el diseño de los productos. Si las tendencias actuales continúan, para el 2050 la producción anual de plástico podría alcanzar los 1,100 millones de toneladas métricas. Esto es insostenible en términos de impacto climático. “Por eso creemos que un buen diseño también debe ser un diseño circular. Alrededor del 80 por ciento del impacto de un producto se determina en la fase de diseño. Al aplicar nuestros principios de diseño, podemos cumplir con las expectativas del consumidor en cuanto al desempeño técnico y ambiental de nuestros productos durante todo su ciclo de vida”, señala Stacy Wolff, vicepresidente senior de diseño de producto y sostenibilidad de HP.
La circularidad ha influido mucho en el diseño de productos HP durante más de 30 años. En ese sentido, la organización sigue un enfoque de cuatro frentes: utilizar cantidades cada vez mayores de materiales reciclados como plásticos; identificar materiales sostenibles innovadores para productos futuros; diseñar dispositivos para una fácil reparación y reciclaje; y crear productos con una vida útil más larga y potencial para una segunda vida. “El 100% de nuestras PCs, estaciones de trabajo, monitores y cartuchos de tóner original HP están fabricadas con contenido reciclado. Esto significa que HP ha utilizado más de mil millones de libras de materiales reciclados en nuestros productos y embalajes desde 2019”, agrega Wolff.
Otro frente de trabajo está en la extensión de la vida de los dispositivos ya que, al extender la vida útil del producto, se retrasa la creación de una PC de reemplazo y las emisiones asociadas. Por ejemplo, la nueva EliteBook 1040 permite al mismo usuario reemplazar la batería, con lo cual se prolonga su ciclo de vida. No obstante, la sostenibilidad también debe ir más allá del producto en sí: el envío y el embalaje constituyen una gran parte de la huella de carbono del producto. “El año pasado, lanzamos al mercado la HP Todo-en-Uno de 24 y 27 pulgadas, y la rediseñamos con el objetivo de optimizar la paletización para reducir nuestra huella de carbono. Al separar el monitor del soporte y facilitar el montaje, redujimos el tamaño de la caja en un 62% y aumentamos la densidad de los palés en un 66%. Esto equivale a reducir la huella de carbono del transporte en un 60%”, observa Wolff.
Hoy en día, la sostenibilidad es fundamental en la forma como el equipo de diseño de HP desarrolla nuevos productos. Así, su enfoque de diseño crea un equilibrio perfecto entre “belleza” y “responsabilidad ambiental”. Y, lo que es más importante, integra la sostenibilidad en cada producto a lo largo de todo su ciclo de vida porque sólo así satisface las expectativas de sus clientes y del planeta.