En América Latina y el Caribe, más de 123 millones de personas viven en zonas rurales, según datos del Banco Mundial. En estos territorios, al menos 77 millones de habitantes en 24 países de América Latina no cuentan con conectividad con estándares mínimos de calidad, de acuerdo con un estudio reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). De esta manera, mientras el porcentaje de población con opciones de conectividad en áreas urbanas es del 71 por ciento, en zonas rurales cae al 37 por ciento.
“Contribuir a la reducción de la brecha de conectividad en áreas rurales, suburbanas y/o alejadas de los grandes centros urbanos es un objetivo común para muchos gobiernos y entidades no gubernamentales en varios países de América Latina y el mundo. Brindar oportunidades y una mejor calidad de vida en esas comunidades puede ayudar a disminuir la migración de jóvenes hacia centros urbanos en busca de opciones de educación y laborales, y mejorar las condiciones económicas, sociales y culturales para familias y población en general, favoreciendo el desarrollo de dichas localidades”, expresó José Otero, Vicepresidente para América Latina y el Caribe de 5G Americas.
Esta falta de conectividad se traduce en marcadas diferencias en el acceso a información general y servicios digitales, pero también a educación, salud, servicios sociales, servicios financieros, comercio electrónico y entretenimiento, estableciendo así una disparidad en oportunidades y calidad de vida entre áreas urbanas y rurales.
La brecha de conectividad promedio entre la ciudad y el campo en América Latina es entonces de 27 puntos porcentuales, aunque en algunos casos llega a ser de hasta 40 puntos porcentuales, de acuerdo con los datos del BID.
Frente a este escenario, la 5G junto con una mayor presencia de redes de fibra óptica puede ser una gran oportunidad para conectar a las comunidades rurales. El Acceso Fijo Móvil (FWA, Fixed Wireless Access) es una alternativa existente y con el uso de 4G LTE puede brindar una experiencia de banda ancha, aunque puede encontrar limitaciones frente a grandes cantidades de usuarios conectados simultáneamente. Con las capacidades mejoradas de 5G, tecnologías como mMIMO (massive Multiple-Input Multiple-Output) y beamforming (conformación de haces) y el empleo de nuevas bandas de espectro radioeléctrico, la alternativa inalámbrica para conectar la última milla puede competir con varias tecnologías cableadas a un costo de despliegue muy inferior, especialmente en regiones escasamente pobladas, alejadas, y en terrenos de difícil acceso.
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