La transformación digital es humana
Por Andrea Cavallari, directora de Soluciones y Tecnologías Emergentes en Red Hat América Latina.
La tecnología se ha vuelto imprescindible para todos los sectores de negocio, y con ello, el concepto de transformación digital también se fue desarrollando hasta transformarse en uno de los pilares más importantes dentro de las empresas modernas. Proyecciones de la consultora IDC estiman que para 2023, el 75 % de las organizaciones tendrán esquemas amplios de implementación de la transformación digital, contra los 27 % actuales.
El crecimiento ocurre tanto dentro de las grandes compañías como en los pequeños emprendedores, muchos de los cuales han surgido en medio de la pandemia. Ésta, por cierto, ha acelerado entre dos y tres años los planes quinquenales de las empresas relativos a la transformación digital, según una encuesta realizada por PwC. El mercado ha comprendido que necesita ser digital para adecuarse a una nueva realidad, que se centra en la hiperconexión y en el crecimiento constante del consumo de servicios y productos en línea. No obstante, muchos aún no han sido capaces de entender y aplicar en la práctica lo que significa ser digital.
Muchas organizaciones han fallado en su labor por haber dejado de lado un punto fundamental en este momento de cambio: el factor humano. A primera vista, puede parecer curioso, pero la transformación digital y la innovación están directamente relacionadas con una profunda transformación humana.
La reciente publicación del Boston Consulting Group “It’s Not a Digital Transformation without a Digital Culture”, la consultora afirma que «al igual que cualquier transformación importante, la transformación digital requiere que se introduzca una cultura que apoye el cambio y, al mismo tiempo, facilite la estrategia global de negocios de la empresa».
Cultura digital
La transformación abarca un concepto mucho más amplio que solo la adopción de tecnologías de punta. Engloba una combinación de elementos que pasa por la integración de tecnologías, personas y procesos.
La realidad es más compleja de lo que parece. Una encuesta realizada por Red Hat a principios de 2021 mostró que el 27 % de las compañías consideran el cambio cultural como una parte importante de la transformación digital, sin embargo sólo el 6 % de ellas han trabajado este tema como una prioridad en sus acciones dentro de este ámbito.
El obstáculo principal involucra una cultura organizacional cerrada, jerarquizada y no inclusiva. Ante este panorama, la cultura abierta es una respuesta efectiva y adecuada. Basada en la colaboración, es el punto de partida para el surgimiento de nuevas ideas, que generen experimentación e innovación constante.
El factor humano y la cultura open fomentan la innovación porque abren espacio para que todos tengan voz y aporten sugerencias. Intentar algo nuevo, equivocarse rápido y reajustar el rumbo dinámicamente (fail fast, recover quickly) provocan que nuevas funcionalidades, nuevos productos e ideas se vuelvan realidad más rápidamente. Un ejemplo de ello es la tendencia a usar prácticas de Agile o DevOps (o DevSecOps), muy relacionadas con los procesos de transformación de las empresas.
La transformación digital ocurre cuando la organización incorpora nuevas tecnologías en su rutina, entendiendo que son esenciales para mantener el negocio funcionando. Para que esto suceda, el modo de trabajo debe cambiar, la misión de los equipos debe estar alineada y la organización debe tener un objetivo claro y compartido por todos.
En los equipos variados, unidos y motivados por un mismo propósito, la innovación surge más fácilmente, y ayuda a apalancar la transformación digital. Colocando a las personas y el factor humano en el centro de la estrategia, los cambios fluirán de manera orgánica.
Para medir si la transformación está avanzando, es importante considerar algunos factores, como la satisfacción del cliente, el involucramiento de los equipos y la aceptación de los asociados. Observa a tu empresa, sus clientes y aliados, y trata de percibir si los líderes colocan a las personas en el centro de la transformación digital. Esta es una señal positiva de que están tomando el camino correcto.