Innovación Tecnológica, una nueva etapa en la agroindustria peruana / Por: Rhianon Berry, Agregada Comercial de New Zealand Trade & Enterprise.

Rhianon Berry NZTE
Rhianon Berry

Muchas veces las empresas no están dispuestas a invertir en innovación tecnológica, en parte, porque esto significa un costo extra que no quieren a asumir. Pero la verdad es que se trata de una inversión que trae consigo un sinfín de beneficios, tanto en términos económicos como en la calidad del producto final. Un ejemplo claro: Nueva Zelandia.

Nueva Zelandia se caracteriza por contemplar la innovación como forma de potenciar recursos, lo que incentiva la creatividad para dar con soluciones simples y económicas en diversos ámbitos. Pese a que tenemos un mercado pequeño, hemos sabido diferenciarnos del resto de nuestros competidores. ¿Cómo? Con innovación tecnológica, entregando valor agregado a los diversos productos y servicios. De hecho, más del 1% del PIB lo destinamos exclusivamente a la innovación, según datos del Ministerio de Industrias Primarias. Además, la Asociación de Crecimiento Primario -una asociación entre gobierno e industria creada el 2009- se ha comprometido con NZ$ 477 millones para la innovación en el sector primario de vanguardia.

Actualmente, Nueva Zelandia exporta más de 90% de los alimentos que produce, incluyendo las frutas y hortalizas, además de productos lácteos. Y eso solo es posible porque en el país se ha desarrollado una base industrial altamente tecnológica y diversa, incluyendo rubros tan variados como alimentos, plásticos, minería, entre otros. Y algunas de nuestras empresas, como BBC Technologies, BFM Fitting o Compac, son líderes en el sector de tecnología de alimentos en el mundo, desarrollando soluciones inteligentes para la selección, congelación, empaquetamiento, etc. de fruta, buscando siempre la conservación de los nutrientes, la mantención del sabor y de los estándares internacionales de calidad, seguridad y contaminación. Una reciente publicación internacional indica que las manzanas de nuestro país contienen entre 19 y 28 veces menos residuos que las de otros países productores. Estas características le han entregado una gran ventaja competitiva a nuestras empresas, que han logrado desarrollar los sistemas de trazabilidad más completos del mundo.

En este sentido Perú es un país que podría potenciar los servicios de este tipo de empresas, entendiendo que su industria alimentaria ha pasado de comercializar productos a granel a envasados, de ofrecer una oferta limitada de marcas a una amplia variedad y de tener un cliente de consumo básico a uno más exigente, entre otros cambios. De hecho, sólo entre el 2009 y 2014, la industria total de alimentos envasados en Perú creció más de 50%, según señalan estudios de Euromonitor International.

Por otra parte, las cifras del Ministerio de Agricultura y Riego del Perú (MINAGRI) indican que las exportaciones agrarias entre enero y julio del 2016 aumentaron 2%, respecto al mismo periodo en el 2015, sumando US$ 2,702 millones entre los 138 países importadores de sus productos. En total, un 15,5% de las exportaciones totales de Perú provienen de la agroindustria, lo que devela la importancia de este mercado. Además, el mismo MINAGRI planteó diez lineamientos de política agraria, de los que uno de ellos es precisamente la Innovación y Tecnificación Agraria.

Entendido este contexto, es claro que la agroindustria en Perú prontamente comenzará a necesitar cada vez más estos sistemas, para seguir siendo competitivos a nivel mundial y dar un valor agregado a sus productos. Sin duda la estrategia de innovación jugará un papel central en los próximos años, razón por la que observar y seguir lo que hacen en países con cultura en innovación es un buen comienzo. De todos modos, esto debe ir de la mano con políticas de competitividad y de innovación que garanticen el contexto adecuado para estos cambios. Si bien la forma en que se desarrollan estos modelos de innovación responde a la historia de cada país, su cultura y sus propios procesos de crecimiento, hay diversos aspectos que son claves para el fortalecimiento del sistema nacional de innovación de cualquier país en Sudamérica.